martes, 27 de marzo de 2007

De oficinas propias y otros sucutrulos

Sí, sí, señores. Tengo oficina propia. Bueh, en realidad es la oficina del pueblo, pero al menos tengo una compu y teléfono fijo para hacer mis cosas del C.D. Mi escritorio lo armaron mis propios jefes. Uno de ellos, en una escena muy cómica por cierto, cuando le pregunté por dicho escritorio me mostró sus nudillos destrozados y me dijo: Ve lo que me hice por lo suyo no? Lo ve? No pude contener la risa de ver a los dos trajeados tirados en el piso peleando con las instrucciones de armado. De película!!! Lo más gracioso de todo es que justo cuando lo terminaron, fue cuando me pasaron a la fatídica área R y no pude ni estrenarlo dando como resultado un mes entero donde la pobre pc fue usada por todos menos yo. Si bien no es mía, estaba al servicio del C.D. En fin, el reencuentro fue emotivo.
Cambiando de subject. He comenzado mis estudios de alto grado médico-universitario el día de ayer. Chan!!! Adoré el primer seminario de Histo. Muy bien llevado, más para un tema tan aburrido como tinción de preparados, pero la capa de la profe hizo que fuera como ver una buena película, diez puntos para la doc!
Sé que me he colgado un poco estos días (perdón Ángel verde), pero ha sido todo por una causa noble: las corridas propias del inicio de una carrera. Espero haberlos contentado (qué palabra! mucha Biblia versión Reina Valera, mejor me paso a la NVI) con algunas novedades sobre mi persona.
Ah, me olvidaba. Hoy empiezo a cursar Anatomía, qué bello. Materia no apta para Gustavos. me voy a deleitar un rato (ughhhhhh!!!!).

lunes, 5 de marzo de 2007

Casamiento

Me olvidaba de contar algo sobre el gran notición de la semana. La Ná y el Her se casaron!!! El acontecimiento fue este último sábado y, pese a la terrible lluvia que se largó minutos antes de la ceremonia, no pudo haber sido más perfecto. Ambiente íntimo (aunque éramos cien personas), seres queridos y dos grandes amigos que unían sus vidas ante Dios sellando la promesa que un día Él les hizo. Mientras los veía en el altar no paraba de sentir un estremecimiento en todo mi cuerpo. Conocí a Nadia mucho antes de que se ponga de novia, la ví orar por esa persona que ella confiaba que Dios le había preparado con amor, presencié cuando con alegría y algunas incertidumbres nos habló por primera vez de Hernán, el tiempo de oración antes de ponerse de novios y la maravillosa etapa que siguió que culminó con el comienzo de una nueva etapa a partir del sábado. Qué distintas que son las cosas cuando están en las manos de Dios, cómo se nota su toque hasta en los detalles más pequeños. Estoy tan feliz por ellos, feliz porque sé que las dificultades van a estar, pero no van a tirarlos abajo, porque no son ellos solos contra el mundo, porque cuentan con una fuerza adicional que vale más que todas las fuerzas. Y ahí, en ese momento, observándolos emocionada, fue que agradecí haber esperado, el tener que probar mi paciencia y mi fé cada día sabiendo que lo mejor está por venir y que algún día, no importa cuando, voy a casarme no con el hombre perfecto, pero sí con el indicado para mí. Qué gran tesoro es poder tener esa confianza. La paz que trae aleja toda incertidumbre.
Algún día sé que llegarás,
no importa cuando
Y ese día sabrás lo que yo
sé de antemano.
Te miraré, me mirarás,
y sin embargo,
tendrás la sensación
de habernos visto de antemano.
Algún día sé que llegarás,
aunque no sé cuándo,
pero te esperaré confiando en Aquél
que me ha guardado.

Taxi!!!

Otro día y otra semana calamitosa en el área R, la cabeza me va a hacer kaboom!!! Si no me relajo un poco voy a ir a parar al hospital. En fin...
Se acercan las fechas de inscripciones en la burocrática UBA y en menos de una semana ya me cambiaron tres veces de indicaciones, dando como resultado llegar a último momento con mis papeles cuando yo comencé mis trámites el primer día. Eso da mucha bronca. Si no fuera porque realmente quiero ser médica, hace mucho que hubiera mandado todo al reverendísimo diantre. Creo que la gripe que tengo esta semana es más fruto de mis nervios que del pobre virus tan temido. Una semana de spa me vendría de chupete.
A veces cuando me escucho sé que sueno un poco desagradecida, pero no estoy acostumbrada a este clase de ritmo: un día en un lado, otro día en otro, el tiempo diezmado y va para milimésimo a partir de abril. Eso no sería gran cosa si disfrutara de lo que hago. No puedo evitar sentir que tengo la culpa aunque sé que no es así. Qué sé yo, a veces siento que me gustaría ser más inteligente o más despierta y no lo consigo. Si la gente que me quiere me escuchara decir esto me matarían, creo que por eso lo escribo en un blog, acá soy anónima.
Estas líneas no tienen un transfondo de bajo ánimo, realmente estoy muy feliz de tener las oportunidades que hasta ahora nunca había podido tener. Quizás, quién dice, sólo necesitaba alguien con quien hablar.

jueves, 1 de marzo de 2007

I love the rain, it seems a miracle to me.

Amo la lluvia. Amo ver sus gotas alimentar la tierra sedienta, el sonido de sus golpes contra el asfalto, mientras la gente huye para ocultarse de ella. Me encanta admirarla en el cielo de enero como una recompensa a los duros días de calor. O en invierno cuando se transforma en nieve (la que aún no conozco) tiñiendo de blanco el paisaje alrededor.
La gente suele asociarla con la tristeza, pero a mí me trae una gran sensación de nostalgia sobre algunos pocos recuerdos felices de mi niñez, corriendo por la quinta de mis tíos, el olor a pasto mojado, trepándome del arbol de moras negras. Y además me trae la incierta sensación de estar viviendo en un lugar adonde aún nunca he estado
...como si ya estuviera caminando en la visión de mi llamado.